Fragil mansa hoja de laurel. Tonto remoto paisaje de sombras.
El papel al que recurre la chica contiene sus lagrimas. Así como fueron concebidos por la Naturaleza, los pensamientos son un flujo incesante. No se detienen ni se plasman en algo concreto.Esa falta de pausa resulta inquietante para su mente. La muchacha mira el cuaderno y entonces decide recurrirlo.
Esos pensamientos tratan de encontrar un cauce y abren caminos que se muestran austeros, brillantes, detrás del cansancio.
"No quiero aburrirme de mi misma", escribió entonces. "Quiero conocer nuevos códigos, sin autodestruirme. Complicado trámite, para una masoquista tan concebida como yo"
parte 2
Lento lamento de un fantasma azul. Cascada de hormigón y techos de chapa. Grito de guerra profundamente negro.
El papel entonces, se blande como un arma transparente en medio de la noche. Todo lo que toca lo transforma en adrenalina.La lucha se hace entonces encarnizada. La Noche Bastarda exige que se prolongue el asalto hasta la muerte. Le pica la cabeza a la joven, que trata por todos los medios rascarse.
Brillan sus manos, saltan los piojos... que besan su cabeza juguetones.
"Basta, no lo soporto más", siguió relatando. "La Noche Bastarda no sabe de treguas. Es absurdo todo esto. Alguna vez quiero parar la bocha"
Dejó el cuaderno y se rió al fin, de todo lo suyo. Se rió y empezó a irse.
Silbando, creando melodías, murmurando para si misma, pensó en nunca más volver. Pero la oscuridad vuelve siempre.
post Colorado.