domingo, 13 de diciembre de 2009

Ambicioso

Estaba caminando tranquilo un mediodía soleado, cuando me encontré con un señor un tanto extraño. A un costado del sendero, parado en una escalera, estaba colocando con gran paciencia una carta de poker sobre un enorme castillo de naipes. Nadie más que yo parecía notarlo.

-Como anda, señor?
-Y un poco cansado... como ve estoy trabajando muy duro.
-Nadie lo ayuda?
-No no, yo solito.
-Mmmm.. y no se le cae el castillo cuando sopla el viento?
-Si, todo el tiempo. Constantemente tengo que reconstruirlo, de eso va mi vida, pibe, es lo único que se hacer: castillos de naipes. Cuando era chiquito aprendí el secreto, y desde entonces no paré de hacer castillos. Empezó siendo un hobby, sorprendía a mi familia, me ayudaba con las chicas. Pero ahora es mi forma de vida, y estoy en un proyecto ambicioso...

Mientras decía todo esto seguía poniendo cartas. Era increible su velocidad, realmente era un dotado. Me pregunté de qué iba ese proyecto, tanto esfuerzo despilfarrado... pero antes de formular la pregunta, ya me la estaba contestando:

-Voy a tapar el sol con mi castillo.


.....


Los ojos le brillaron mientras decía esto.

-Epa.

Jodido el asunto, pensé... Y también noté que nadie miraba al hombre o al castillo, a pesar de ser tan llamativo. Era extraño... parecía como si fuesen invisibles para el resto de las personas.

-Asi es, 'mhijo. Y a este ritmo, si todo sale bien, voy a terminar antes de fin de año. Es que... me di cuenta que con la mano sola no alcanza para tapar una luz tan grande. Y me encandila, de verdad me molesta mucho. Pero muchísimo. Tanto que lo voy a hacer desaparecer. Solo imaginar el resultado me da fuerzas para seguir... casi no duermo, como sólo lo mínimo necesario... me frustro cuando se cae todo por el viento , pero respiro hondo y vuelvo a empezar. La gente cree que estoy loco, pero vamos a ver al final quién tenía razón...
-Bueno señor, tengo que seguir caminando. Le deseo muchísima suerte.


No estaba asustado: el tipo estaba loco pero parecía totalmente indefenso.

-Gracias, 'mhijo. De vez en cuando viene bien charlar con alguien, estoy muy solo. Suerte a usted también.

Mientras duró la charla, el castillo había aumentado considerablemente de tamaño. Casi no me miraba, seguía concentradísimo en su edificio. Por un segundo se me ocurrió que en una de esas lo consigue.
Cinco minutos después ya me había olvidado del hombre y su castillo. Mis pensamientos retomaron el curso que habían dejado antes de ver al señor del castillo de naipes. El día estaba realmente hermoso y caminar me llenaba el alma.
"Ojalá que no lo logre nunca..."






Colo.

2 comentarios:

ColoManu dijo...

Un cuentito mío... La idea se me ocurrió ayer en el colectivo, no suelo escribir cuentos pero me dio ganas y me mandé..

Un saludo,

Colo

nahuel dijo...

hei! me encanto che, muy al estilo del principito. bonito lito. segui asi me gusta ese espiritu ! au revoir